En 2004, poco antes de filmar su primera película, Chicha Tu Madre, el director peruano-argentino Gianfranco Quattrini viajó a Iquitos por temas personales. “Fue por un tema de búsqueda de mis propias raíces, porque mi abuela nació en Iquitos.”
En la selva, el realizador se atrevió a hacer la ceremonia del ayahuasca con un curandero. La experiencia fue el motor detrás de su segunda película, Planta Madre, que luego de un largo proceso de siete años en los que el director estuvo tentado a tirar la toalla más de una vez, llega por fin a salas nacionales.
Es la historia de Diamond Santoro (Robertino Granados), un rockero argentino venido a menos, quien llega a Iquitos a realizar unos conciertos e ir en busca del misterioso curandero con el que su hermano Nicky planeaba hacer un viaje de ayahuasca antes de su muerte. Para Quattrini, la ciudad y la selva son lugares especiales, un espacio donde uno busca y encuentra un punto de transformación en la vida. “Sentí algo relacionado con esa energía, tenía ganas de contar una historia que tuviese que ver con eso, con alguien que está yendo a buscar una limpieza espiritual.”
El personaje de Jesús Aranda en Chicha Tu Madre era aficionado a los designios del tarot, mientras que en su nuevo film el director se adentra en los misterios del ayahuasca. Con sólo dos películas, elementos místicos e inexplicables como estos son un obvio interés de Quattrini. “Me interesa explorar un poco más allá de la realidad cotidiana y me sale naturalmente.” Explica.
El brebaje selvático se ha ganado una reputación como un peligroso alucinógeno, pero el director lo trató de manera sensible y con mucho respeto, queriendo realzar su valor. “La posición que toma la película sobre el ayahuasca es que es una medicina, por eso ese contraste con otras sustancias catalogadas droga. Se diferencia de ellas porque permite encontrar la paz y no la estimulación exacerbada.” De ahí a que Quattrini haya trabajado de cerca con un curandero de verdad, Agustín Rivas Vásquez, quien aparece en pantalla realizando los mismos ritos que en la vida real y cuyo personaje, Solón, es un tributo al curandero que ayudó al director en su propio viaje hace varios años
Filmando en Iquitos, Quattrini contó con la presencia de actores peruanos en pequeños roles. Así, podemos encontrar a Cindy Díaz, Lucho Cáceres, Magdyel Ugaz y el cómico Manolo Rojas, quien vio en el personaje del promotor musical Sandor una oportunidad para cambiar de registro y dejar de lado su faceta de humorista, cosa que le resultó difícil, aún con un poco de experiencia en actuación tras haber interpretado a un jefe de prisión en la miniserie Por la Sarita.
“Cine es otra cosa.” Nos cuenta Manolo. “Es diferente, más minucioso, me tenían que parar un poco porque estaba un poco acelerado; yo quería imitar, hacer chistes pero no era mi papel. Me centró bien Gianfranco.”
Rojas es el más reciente actor cómico en probar suerte en la pantalla grande; a pesar de que muchos ven esta novedad con malos ojos, para el intérprete hay un lugar para los cómicos en el cine. “Un actor que tiene años y oficio dentro del humor puede caracterizar.” Afirma. “No somos imitadores, podemos caracterizar e interpretar.” Para Rojas, buenos talentos hay de sobra, sólo es cosa de hacer las cosas con mucho profesionalismo. “Imagínate, Magaly Solier salió de un casting en la calle, estaba preparando puca picante y ahora es una gran actriz.”
Planta Madre es una película con elementos populares, como la música chicha que tanto suena en Iquitos y que es parte esencial de la banda sonora; pero al mismo tiempo Quattrini busca involucrar al público en la experiencia en vez de darles algo de rápida digestión. El director confía en que muchos podrán identificarse con los temas de fondo de la cinta. “No es densa, es una película que trata sobre algo que para mí es fuerte, estar estancado en tu vida y necesitar, querer hacer un cambio.” Este sentimiento es aplicable a cualquiera.