Tolya (Andrey Sladkov) y Vitya (Ravil Sadreev) son dos marinos varados en un buque pesquero en la costa de Chimbote. La empresa ha quebrado, no hay pesca ni trabajo y los dos hermanos se pasan los días atrapados en una rutina, esperando la oportunidad de poder volver a su país o bien afrontando el que pasarán un tiempo prolongado en tierras peruanas.
Todos Somos Marineros, largometraje debut de Miguel Ángel Moulet, es un drama acerca del aislamiento y la soledad. Está presente en sus personajes principales, dos extranjeros separados de la ciudad por un corto trayecto en lancha pero que bien podría ser un abismo intransitable; el idioma y las diferencias culturales los mantienen alejados, y ambos enfrentan esta soledad de distintas maneras. Vitya de a pocos ve una nueva oportunidad en este lugar desconocido; Tolya está resignado a tener que hacerse de una nueva vida, aun manteniendo una relación con una mujer (Julia Thays) que lo apoya incondicionalmente; y el capitán del buque (Igor Kondyakov) se mantiene a bordo, perdido en el alcohol y sin querer interactuar con este nuevo mundo más allá de lo estrictamente necesario.
Moulet le saca todo el provecho a las locaciones chimbotanas (unas que además se ven poco en el cine peruano); vista a través de los ojos foráneos de Vitya y Tolya, la ciudad parece un mundo nuevo esperando ser descubierto, uno donde gradualmente los hermanos (y el público) son bienvenidos y lo desconocido se vuelve familiar. Se trata de un viaje introspectivo, con un reparto y personajes comprometidos a internalizar sus propias emociones; la excepción es Gonzalo Vargas, quien derrocha carisma como un joven que traba amistad con los hermanos. A pesar de no ser un actor profesional, Vargas muestra naturalidad y energía ante cámaras, en contraste con sus melancólicas co-estrellas; con este y su papel como sicario en la reciente Casos Complejos de Omar Forero, se perfila como una buena promesa del cine nacional.
Todos Somos Marineros se concentra más en la atmósfera y las vidas internas de sus personajes que en una trama definida; esto puede ahuyentar a los espectadores más acostumbrados a un cine convencional. Su fuerte está en el poder sumergirnos de lleno en una ciudad, un medio donde conviven muchas de las características que tenemos como peruanos, pero vistas desde una óptica extranjera que entrega otro contexto. Un viaje que bien vale la pena emprender, siquiera una vez.
Lamentablemente, Todos Somos Marineros ha corrido la misma suerte que tantos otros filmes peruanos de corte no comercial: consignada a pocas salas y horarios complicados para la asistencia de público. Es lanzarla a los leones y prácticamente obligarla a desaparecer rápido.
Esto no hace más que remarcar la urgente necesidad de un circuito de salas alternativas, que alberguen este cine de perfil diferente, le permitan respirar en un mercado competitivo y encontrar su público. Ya sea mediante iniciativas públicas de parte del estado o privadas, esto es un pie del que cojea el cine nacional desde hace bastante tiempo. Las buenas y diferentes películas existen; el obstáculo sigue la exhibición y distribución.
Lo que uno puede hacer como espectador es verlas, aunque a veces resulte complicado. Estas son las salas y horarios de Todos Somos Marineros (Fuente: Cinefilia Perú)
Cinerama Chimbote: 9PM
Cinépolis Santa Catalina: 2.30PM
Cinemark San Miguel: 10.40PM
Cinemark Lambramani (Arequipa): 10.40PM
Cineplanet San Miguel: 5.45PM