TALLER: Apreciación de estética visual a través del cine latinoamericano 0 1727

Cuando uno es cinéfilo, comunicador audiovisual, o simplemente alguien con muchas ganas de aprender más sobre el séptimo arte, hay ciertos cursos y talleres que no se debe perder. Y por suerte, hay uno en este momento, ofrecido por El Último Cineclub, que pertenece a esta categoría.

Desde mañana, podrán asistir al taller de Apreciación de la estética visual a través del Cine latinoamericano contemporáneo. Está a cargo de Lina Durán (directora de arte y directora del Insólito Festival de Cine), y se estará llevando a cabo todos lo viernes de julio en Salamandra (Pedro de Osma 111, Barranco). El costo del taller es de 100 soles, las vacantes son limitadas, e incluye material: Las películas y presentaciones visuales del análisis. Así mismo, se darán certificados para los asistentes que lo requieran.

Si quieren informarse más sobre este interesante taller, mándenle un mensaje al Inbox del Facebook de El Último Cine Club o al correo elultimocineclub@gmail.com o al móvil 942029522.

Mientras tanto, los dejamos con el sílabo (o programación) del taller, para que tengan una idea de lo que podrán aprender.

6 de julio

Brasil: El cuerpo político y su relación con la identidad de género
‘Madame Satã’ (Karim Aïnouz, 2002) y ‘Boi Neon’ (Gabriel Mascaro, 2015).
La película de Ainouz está basada en la vida de la Drag Queen Madame Sata en la década de los 30. Por su lado, Mascaro crea un western de colores estridentes que gira alrededor de un vaquero que sueña con ser diseñador de modas.

Bolivia: La decadencia de la clase alta
«Zona Sur» (Juan Carlos Valdivia, 2009).
La historia de una familia y sus empleados, deja ver los cambios del ecléctico país y el conflicto de las clases sociales; la obra más personal del ya reconocido Valdivia, obtuvo en el Festival de Cine de Sundance de 2010 los premios a mejor dirección y mejor guion en la categoría internacional.

13 de julio

Argentina: Poesía y estética de Lucrecia Martel
A través de su trilogía fílmica compuesta por ‘La ciénaga’ (2001), ‘La niña santa’ (2004) y ‘La mujer sin cabeza’ (2008)
Martel realiza críticas muy sutiles sobre las prácticas y costumbres a las que nos hemos acostumbrado o “malacostumbrado” cómo sociedad.

Colombia: Latinoamérica mitológica y tropical
´El abrazo de la serpiente´ (Ciro Guerra, 2015).
Contextualizada en dos momentos durante la Fiebre del Caucho esta película ha obtenido aclamación universal al mostrar una identidad latinoamericana. Nominada a mejor película de habla no inglesa en la edición 88 de los Premios Oscar.

20 de julio

Perú: El universo femenino de Claudia Llosa
Análisis de sus dos primeras y premiadas obras: ´Madeinusa´ (2006) y ´La teta asustada´ (2009).
Ambas películas se desarrollan en un contexto rural indigenista, bajo la dirección de arte de Susana Torres, se muestra el cuerpo femenino, revestido para una escena religiosa y tradicional con detalles surrealistas, ambientes místicos y creencias de la misma esencia andinista.

Chile: La autobiografía surrealista de Alejandro Jodorowsky
Díptico ‘La Danza de la Realidad’ (2013) y ‘Poesía Sin Fin’ (2016)
El autor de ‘El Topo’ y ‘La Montaña Sagrada’ retorna a su patria para firmar dos obras testamentarias y totalmente imaginativas que narran su infancia en Tocopilla y su adolescencia en Santiago de Chile.

27 de julio

México: El humor ácido de Luis Estrada
Trilogía satírica: “La Ley de Herodes” (1999), “Un mundo maravilloso” (2006) y “El Infierno” (2010)
Estás películas se encuentran estrechamente relacionadas, en el tono satírico que muestra a una sociedad permeada por medios de comunicación morbosos, abuso de poder, corrupción, narcotráfico y “la pachuqueria” de los nuevos ricos.

Chile: Mujeres en búsqueda de un poco de amor dirigidas por Sebastián Lelio
‘Gloria’ (2013) y ‘Una Mujer Fantástica’ (2017)
Dos soledades femeninas e incomprendidas. Una misma ciudad: Santiago de Chile. Luego de darle a Paulina García el papel de su carrera como Gloria, Lelio saltó al éxito internacional y ganó el Oscar a mejor película extranjera. La actriz Daniela Vega nos enamoró a todos con su papel de Marina, una mujer transexual que debe encarar un duelo (la pérdida de su amante) y la falsa moral de la sociedad burguesa.

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Fundador y editor en FotografíaCalato.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica, y crítico de cine aprobado por RottenTomatoes.com. Cofundador y editor de FotografiaCalato.com y NoEsEnSerie.com. Colaborador en el libro "Video Games You Will Never Play", del colectivo Unseen64. Integra el staff de MasGamers.com, Nintendo.Pe y Fans de Zelda Perú, y los portales de cine Cinencuentro y ViveElCine.com.  Actualmente trabaja como Content Manager en RevolucionArte, empresa que publica el Programa de Mano Universal "Folk" para eventos teatrales y culturales.

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Crítica: Yana-Wara 0 163

Yana-Wara (2023), como ya se sabe, es el último proyecto del puneño Óscar Catacora, co-dirigido junto su tío Tito. Se esperaban grandes cosas del joven Catacora luego de su prometedor debut, Wiñaypacha (2017), un crudo y difícil retrato de una cruenta vejez en el Ande peruano. Esta nueva película confirma que lo de ese primer filme no fue flor de un día; Catacora era un talento en ciernes, lo cual hace que su impensado fallecimiento en pleno rodaje duela aún más.

Yana-Wara (Luz Diana Mamani) es una niña huérfana y muda de apenas 13 años, obligada a vivir en la remota puna junto a su abuelo Don Evaristo. Tras asistir a una escuela rural, la joven es vejada por su maestro, lo cual lleva a su anciano cuidador a tomar una drástica decisión y a la justicia del pueblo a tomar cartas en el asunto.

En su momento, de Wiñaypacha se dijeron varias cosas; y si bien la mayoría estaba de acuerdo en que se trataba de uno de los mejores estrenos peruanos de la última década, completamente ajeno a consideraciones comerciales y más cercano al cine de autor, también se le acusó de tener una mirada miserabilista, o de pornomiseria, como se suele referir a películas hechas para el circuito festivalero que realzan la miseria de Latinoamérica para públicos extranjeros. La película de Catacora al final logró escapar de estos rótulos debido a su profunda humanidad; era un filme que golpeaba fuerte, que dejaba huella, pero que al menos lograba que el espectador reflexione acerca de ciertos aspectos de la vida cotidiana – al menos, en lo que se refiere a las relaciones paternales; más de uno seguramente quiso dar un abrazo a sus padres o abuelos inmediatamente después.

Este sentir tan compasivo y humano se extiende ahora a la historia de la pequeña Yana-Wara, sometida a vejamenes que no comprende y donde todos inevitablemente deciden por ella. En lo que se refiere a retratos audiovisuales del mundo andino, uno se puede acostumbrar a una imagen exótica y romántica de su estilo de vida, ritos y costumbres, realzando una faceta mística, de conexión con la naturaleza y el espíritu andino que bebe del cine y hasta de documentales televisivos o campañas de PromPerú; un retrato que a veces puede caer en lo condescendiente y paternalista. Para un público urbano y occidentalizado resulta fácil caer en este patrón e ignorar lo real, al considerarse algo lejano.

Los Catacora van en contra de esta visión y tal como en su anterior trabajo, Yana-Wara es una cruda y fuerte dosis de realidad sobre el Ande. La niña es sometida prácticamente a una tortura interminable, obedeciendo a prácticas y costumbres que pueden considerarse arcaicas y que rayan buena parte del tiempo en el abuso físico y psicológico; esto sumado a una sociedad se sabe es machista y que ya tiene visto robarle su propia voz a la niña incluso antes de que esta la pierda. Está además el sistema de justicia que ve el caso de Don Evaristo, uno donde parece primar el concepto del ojo por ojo sin mayor sutileza; en un país con un sistema judicial tan alicaido como el nuestro, esto no resulta un bálsamo.

Todo esto contrastado con la paz y serenidad de unos remotos aunque majestuosos paisajes andinos plasmados en blanco y negro; el contraste entre bucólicas vistas de la naturaleza y los sucesos a veces inhumanos que vemos en pantalla resulta chocante. Los Catacora no buscan aleccionar ni dar sermones; parecen solo estar mostrándonos sin tapujos una realidad de cierta región del país que muchos o pasan por alto o ven edulcorada, una que no ha cambiado nada en varios años; de ahí a que esta historia resulte atemporal y puede ser tanto contempóranea como ambientada hace 20, 30 años sin que se note la diferencia.

Por lo demás, Yana-Wara es una progresión natural en el cine de los realizadores puneños. Donde Wiñaypacha era contemplativa y de un estilo casi documental, esta recurre más a recursos cinematográficos, desde la narración a destiempo – buena parte del film es un flashback mientras Don Evaristo cuenta su historia a las autoridades – hasta marcados trucos de edición y momentos casi subliminales – una escena clave bien podría verse como una película de terror, con todo lo que eso conlleva. Lástima entonces que la carrera de Óscar haya quedado trunca justo cuando se estaba desarrollando. Ahora le queda a Tito tomar la posta, pero al menos nos queda como legado de este joven director dos filmes que están entre lo mejor del cine nacional reciente.

 

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Estreno: Tayta Shanti 0 505

«Una película sobre la familia y la identidad». Esa es la descripción de Tayta Shanti, tercer largometraje del huancaíno Hans Matos Cámac luego del «western andino» Pueblo Viejo y la reciente Peso Gallo. Se trata de un reencuentro entre Ángela (Julia Thays) y su hija Angie (María Tesoro) con sus familiares en Huancayo. Con la celebración del Tayta Shanti – fiesta emblemática del Valle del Mantaro – como trasfondo, ambas confrontarán a sus raíces e identidas provinciana.

“Somos testigos de los conflictos y problemas que vive una familia en el marco de la celebración de la fiesta del Tayta Shanti. Cada vez que contaba a alguien de qué iba la película, no dejaban de hablar de lo común que es la situación en Huancayo. Los jóvenes protagonistas de esta historia, verán cuestionada su identidad al verse enfrentados a una sociedad que los confronta”, comenta el director.

El director recuerda que desde niño ha participado en fiestas tradicionales con su familia. “Las carpas de comida, los castillones, la música, los vestuarios, la algarabía; todos estos elementos están grabados en mi memoria. Cuando un foráneo me pregunta por los excesos de la fiesta, comienzo a explicarle lo que la fiesta significa para mí: una oportunidad para reunir a la familia y estar juntos a pesar de nuestras diferencias. Con esta película espero compartir esas emociones con el público”.

Completan el reparto Gianco Ponce, Melvin Quijada, Marco Miranda, Laurens Flores y Benjamín Baltazar. Grabada íntegramente en Huancayo, Tayta Shanti se estrena el 29 de febrero.

 

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