Crisóstomo (Carlos Vega) va a cumplir 80 años; ya, en la última etapa de su vida, decide volver a Huamachuco, su pueblo natal que no visita hace 70 años. Para esto, emprende camino en auto junto a su hijo Alfonso (Javier Valdés) y sus dos nietos, José María (Sebastián Rubio) y Santiago (Rómulo Assereto).
El Abuelo de Gustavo Saavedra es una road movie y tal y como reza este género, el viaje siempre es tan o más interesante que el destino final. En el caso de estos hombres, envueltos en una especie de male bonding (la esposa de Alfonso, interpretada por Patricia Portocarrero, permanece en casa), irán descubriendo algunas cosas sobre el pasado del octogenario que los hará cuestionarse como familia; y es que, como se suele decir, si enclaustras a un grupo de gente en un espacio pequeño por tiempo prolongado, empezarán a decirse verdades.
A lo largo de una serie de viñetas con los familiares que van encontrando a lo largo de la ruta, Saavedra se mueve con soltura entre el drama y la comedia, reflejando así lo impredecible de la vida cotidiana y aquellas inevitables ocasiones donde uno encuentra el humor hasta en los momentos más difíciles. Esta leve cuota de realismo sólo puede venir de alguien que ha vivido de cerca una experiencia que, a larga, es universal.
Esta experiencia es la de buscar las raíces, saber de dónde venimos para saber cómo somos y hacia dónde vamos. El pasado del Abuelo del título dividirá al grupo, pero al mismo tiempo los lleva a un entendimiento mutuo que tarde o temprano sanará las heridas. Mal que mal, para estos protagonistas, es la única familia que tienen, con sus defectos y todo.
El colombiano Carlos Vega – lamentablemente fallecido en 2015 – se mete de lleno en la piel de un abuelito que sólo quiere corregir sus errores; el que no sea peruano es lo de menos. Lo acompañan Sebastián Rubio como el más sensible de los dos nietos – el protagonista de facto a través de cuyos ojos vivimos el viaje – y Javier Valdés, nuestro Bruce Greenwood nacional, sólido como siempre como un hombre que ve caer sus defensas cuando su vida familiar no resulta tan normal como esperaba. Rómulo Assereto, por su parte, es incómodamente agresivo y hostil al principio, pero una vez se entiende lo que atraviesa su personaje, deja varias interrogantes – unas que la película no responde del todo, dejándola como una anécdota más en un viaje lleno de ellas.
El Abuelo es una emotiva comedia dramática, un viaje a través de la diversidad geográfica del Perú y además una película que tiene de protagonista a una persona de la tercera edad, una película para público adulto que tantas veces es dejado de lado en el cine contemporáneo. Ya se encuentra en salas, en los siguientes horarios:
Pueden ver nuestra entrevista con el director Gustavo Saavedra aquí.
Agradecimientos a todo el equipo de El Abuelo.
Imagen: Cinencuentro