Ciclo: Mujeres Haciendo Cine 0 1199

Este domingo 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Para ello, el Teatro Municipal de Lima prepara un ciclo con destacadas películas dirigidas por mujeres, que empieza mañana y va durante todo el mes.

Buena iniciativa para visibilizar más el trabajo de directoras con puntos de vista y estilos variados; algo con lo que el cine en general está en deuda. El ciclo incluye el mediometraje documental sobre la escena punk femenina en España Brujas de Carmen Rojas Gamarra; Todos Somos Estrellas de Patricia Wiesse, documental sobre el director Felipe Degregori; la taquillera comedia No Me Digas Solterona de Ani Alva Helfer (cuya segunda parte se estrena el próximo mes); y la producción argentina Impropias de Florencia Nizzo.

Junto al ciclo de películas suecas dirigidas por mujeres organizado por nuestros amigos de Cinestesia esta semana, es una buena antesala para la tercera edición del Festival de Cine Hecho Por Mujeres, que va del 19 al 28 de marzo.

La cita es todos los jueves de este mes a las 7:30pm en la Plazuela de las Artes del Teatro (Jr. Ica 377). Para mayores de 14 años. Ingreso libre.

 

5 de marzo

Brujas (2017) de Carmen Rojas Gamarra

Una mirada a la escena femenina y feminista del punk y hard rock a través del movimiento Riot Grrrl; diferentes bandas femeninas españolas buscan llevar al público a reflexionar sobre movimientos de mujeres actuales.

 

 

12 de marzo

Todos Somos Estrellas (2017) de Patricia Wiesse

La particular y afectiva relación entre el cineasta Felipe Degregori y su hermano Carlos, fallecido en 2011; un hecho que afectó por siempre al director y a su carrera.

 

 

19 de marzo

No Me Digas Solterona (2018) de Ani Alva Helfer

Ya en sus 30s, Patricia está lista para dar el paso importante de casarse. Pero cuando el novio decide terminar la relación, ella debe enfrentar la soltería con la ayuda de sus mejores amigas.

 

 

26 de marzo

Impropias (2019) de Florencia Nizzo

Julián y Marco manejan una pizzería, pero por las noches se dedican a robar casas. Caro los descubre y en venganza, decide hacerlos caer desde adentro. Junto con su amiga Luana, dejarán su sello personal en este singular negocio. (Reseña del Festival de Cine Latinoamericano de La Plata – FESAALP)

 

 

Fuente: Yoana Lobatón

Imagen: Desistfilm

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Cofundador y editor en FotografiaCalato.com. Bachiller en Periodismo de la Universidad Católica del Norte en Antofagasta, Chile. Master en Creative Writing, Publishing, and Editing (Escritura Creativa y Edición) de la Universidad de Melbourne, en Australia Redactor de Godard! Revista de Cine desde el 2005. Ha sido redactor de la revista de cine australiana Filmink. Colabora con el portal de noticias canadiense ScreenAnarchy. Miembro de la Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica (APRECI). Escribe el blog semanal Cinéfilo de Martes en la página web del diario Publimetro, además de colaborar con otros medios nacionales e internacionales. Redactor de la página web No Es En Serie, dedicada a series de televisión. Además mantiene su propio blog, Desaires, desde el 2005, donde escribe sobre cine, música y temas afines.

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Crítica: Yana-Wara 0 1036

Yana-Wara (2023), como ya se sabe, es el último proyecto del puneño Óscar Catacora, co-dirigido junto su tío Tito. Se esperaban grandes cosas del joven Catacora luego de su prometedor debut, Wiñaypacha (2017), un crudo y difícil retrato de una cruenta vejez en el Ande peruano. Esta nueva película confirma que lo de ese primer filme no fue flor de un día; Catacora era un talento en ciernes, lo cual hace que su impensado fallecimiento en pleno rodaje duela aún más.

Yana-Wara (Luz Diana Mamani) es una niña huérfana y muda de apenas 13 años, obligada a vivir en la remota puna junto a su abuelo Don Evaristo. Tras asistir a una escuela rural, la joven es vejada por su maestro, lo cual lleva a su anciano cuidador a tomar una drástica decisión y a la justicia del pueblo a tomar cartas en el asunto.

En su momento, de Wiñaypacha se dijeron varias cosas; y si bien la mayoría estaba de acuerdo en que se trataba de uno de los mejores estrenos peruanos de la última década, completamente ajeno a consideraciones comerciales y más cercano al cine de autor, también se le acusó de tener una mirada miserabilista, o de pornomiseria, como se suele referir a películas hechas para el circuito festivalero que realzan la miseria de Latinoamérica para públicos extranjeros. La película de Catacora al final logró escapar de estos rótulos debido a su profunda humanidad; era un filme que golpeaba fuerte, que dejaba huella, pero que al menos lograba que el espectador reflexione acerca de ciertos aspectos de la vida cotidiana – al menos, en lo que se refiere a las relaciones paternales; más de uno seguramente quiso dar un abrazo a sus padres o abuelos inmediatamente después.

Este sentir tan compasivo y humano se extiende ahora a la historia de la pequeña Yana-Wara, sometida a vejamenes que no comprende y donde todos inevitablemente deciden por ella. En lo que se refiere a retratos audiovisuales del mundo andino, uno se puede acostumbrar a una imagen exótica y romántica de su estilo de vida, ritos y costumbres, realzando una faceta mística, de conexión con la naturaleza y el espíritu andino que bebe del cine y hasta de documentales televisivos o campañas de PromPerú; un retrato que a veces puede caer en lo condescendiente y paternalista. Para un público urbano y occidentalizado resulta fácil caer en este patrón e ignorar lo real, al considerarse algo lejano.

Los Catacora van en contra de esta visión y tal como en su anterior trabajo, Yana-Wara es una cruda y fuerte dosis de realidad sobre el Ande. La niña es sometida prácticamente a una tortura interminable, obedeciendo a prácticas y costumbres que pueden considerarse arcaicas y que rayan buena parte del tiempo en el abuso físico y psicológico; esto sumado a una sociedad se sabe es machista y que ya tiene visto robarle su propia voz a la niña incluso antes de que esta la pierda. Está además el sistema de justicia que ve el caso de Don Evaristo, uno donde parece primar el concepto del ojo por ojo sin mayor sutileza; en un país con un sistema judicial tan alicaido como el nuestro, esto no resulta un bálsamo.

Todo esto contrastado con la paz y serenidad de unos remotos aunque majestuosos paisajes andinos plasmados en blanco y negro; el contraste entre bucólicas vistas de la naturaleza y los sucesos a veces inhumanos que vemos en pantalla resulta chocante. Los Catacora no buscan aleccionar ni dar sermones; parecen solo estar mostrándonos sin tapujos una realidad de cierta región del país que muchos o pasan por alto o ven edulcorada, una que no ha cambiado nada en varios años; de ahí a que esta historia resulte atemporal y puede ser tanto contempóranea como ambientada hace 20, 30 años sin que se note la diferencia.

Por lo demás, Yana-Wara es una progresión natural en el cine de los realizadores puneños. Donde Wiñaypacha era contemplativa y de un estilo casi documental, esta recurre más a recursos cinematográficos, desde la narración a destiempo – buena parte del film es un flashback mientras Don Evaristo cuenta su historia a las autoridades – hasta marcados trucos de edición y momentos casi subliminales – una escena clave bien podría verse como una película de terror, con todo lo que eso conlleva. Lástima entonces que la carrera de Óscar haya quedado trunca justo cuando se estaba desarrollando. Ahora le queda a Tito tomar la posta, pero al menos nos queda como legado de este joven director dos filmes que están entre lo mejor del cine nacional reciente.

 

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Trailer: Isla Bonita 0 1452

Ani Alva Helfer no se detiene; luego del éxito en taquilla de Soltera, Casada, Viuda, Divorciada, vuelve con otra entrega dentro del subgénero de «grupo de amigas que emprende una aventura para aprender más sobre si mismas», uno que en todo caso no cae mal en una cinematografía donde faltan visibilizar la mirada femenina. En este caso, son Patricia Barreto, Saskia Bernaola y Emilia Drago viajando a Iquitos buscando salir de la rutina y el estancamiento de sus vidas personales y profesionales, todo entre los paisajes de la selva.

Isla Bonita, que nada tiene que ver con la canción de Madonna, es el más reciente proyecto de AV Films, otrora conocidos como productores de cintas de terror y que, con esta y con el reciente drama La Pampa, están buscando abrirse hacia otros géneros. Completan el reparto Patricia Portocarrero, César Ritter, Alejandro Villagomes, Adriana Campos y Wales Pana.

Se estrena el 30 de noviembre.

 

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