Hacía tiempo que esta página no asistía a uno de esos concurridos avant premieres; ya nos habíamos olvidado el estar en la alfombra roja, estacionados detrás de una reja de metal tomando fotos, tratando de disimular el calor que genera un grupo numeroso de gente empaquetados en un espacio pequeño mientras las estrellas saludan.
Esta semana hubo que volver al ruedo para Perdida de Alejandro Montiel, una co-producción argentina-española-peruana dirigida por Alejandro Montiel y basada en la novela Cornelia de Florencia Etcheves; más de un fan estuvo presente con su ejemplar en mano (el tener una Librería Crisol a lado lo hizo más fácil). En rigor, la película es mayoritariamente argentina (tal vez en un 85%); la cuota nacional va de parte de Tondero, que la distribuye por estos lares y de Carlos Alcántara, quien tiene un papel secundario, pero menos mal no es de esos cameos de minuto y medio que sólo están para justificar la presencia del actor y así poder promoverla; es un papel importante en la trama.
A pesar de varios fans aclamando a Machín Alberto a viva voz, quien de veras se llevó las palmas es la argentina Luisana Lopilato, recordada por series juveniles como Chiquititas, Rebelde Way (y su correspondiente grupo musical, Erreway) y Casados con Hijos, culebrones adolescentes gauchos que también tuvieron un exitoso paso por tierras peruanas.
¿De qué va Perdida?
La Lopilato deja definitivamente la imagen de actriz de telenovelas juveniles interpretando a una policía que investiga la desaparición de una compañera de colegio, la mencionada Cornelia, ocurrida quince años antes durante un paseo. En el camino, descubrirá varios secretos que involucran a una misteriosa mujer – interpretada por la española Amaia Salamanca – y su matonesco guardaespaldas, que es Alcántara en modo Perro Guardián y de quien se puede decir cumple con lo que el personaje le exige (después de tantas comedias, es bueno ver al intérprete nacional querer cambiar de registro).
Perdida tiene la clara intención de denunciar la trata de personas, un tema del que se conoce poco pero es de gran preocupación a nivel mundial; el propio Alcántara resaltó la importancia de concientizar al público sobre una realidad de la que no se suele hablar, algo que tiene que empezar incluso desde el hogar.
Perdida es, ante todo, un thriller con los giros impensados propios del género, algunos de los cuales tal vez no terminan de cuajar; esta es una película que acaba demasiado rápido para su propio bien, cuando unos 20 minutos de metraje adicional habrían ayudado a esclarecer varios detalles confusos (o tal vez la novela original los explique mejor). Cabe destacar su intención de querer dar luces sobre un tema bastante importante, y su factura técnica y actoral, que a estas alturas no debería sorprender tratándose de cine argentino; pero es una película de suspenso sin mayores sobresaltos que pudo haber sido mucho más.
Agradecimientos: 3 Puntos