A primera vista, Pirú, de Bismarck Rojas, parece otra comedia peruana de corte comercial, de esas que hacen que los cinéfilos «serios» tengan urticaria y se quejen de que son todas iguales y siempre con los mismos rostros. Pero la verdad es que, luego de ver el trailer, apenas parece una comedia; parece se está inclinando más por un gentil drama.
Filmada en Cajamarca, es la historia de la inesperada amistad y choque cultural que se da entre un joven citadino y un niño de la sierra; un subgénero que en inglés se conoce como fish out of water o «pez fuera del agua». En este caso, el pez es Emanuel Soriano, que es enviado a desplazar al niño y su familia para dar cabida a un proyecto minero. Lo acompañan Andrés Salas, Mateo Castrejón y Teresa Tello.
Es raro, pero de vez en cuando hay películas peruanas de corte comercial que logran capturar no sólo al público, sino también a la (cada vez más exigente) crítica. ¿Podrá esta dar el ejemplo? Lo sabremos el 5 de octubre.