‘Lina de Lima’, con Magaly Solier, se estrenará el 24 de marzo 0 1998

Protagonizada por la reconocida actriz peruana Magaly Solier y dirigida por la cineasta chilena María Paz González, la cinta Lina de Lima ha presentado su tráiler oficial (el cual pueden ver en esta misma página) y un nuevo afiche, y confirma su estreno nacional para el 24 de marzo en cines.

Magaly Solier interpreta a Lina, una mujer que apoya a su familia a distancia, trabajando como empleada doméstica en la casa de una familia acomodada en Santiago de Chile. Mientras prepara su viaje anual de vuelta al Perú por las fiestas de fin de año, descubre que su hijo de 16 años ya no la extraña como antes. Sintiéndose desplazada emocionalmente, comienza a explorar sus propios sueños y deseos.

Lina de Lima marca el debut en el cine de ficción de María Paz González, que hasta ahora había destacado como documentalista. Este salto fue impulsado por su interés en el mundo de la migración. La cineasta declaró:

“Me puse a investigar de un modo bastante documental. Y decidí hacer una ficción porque mientras revisaba referencias, me encontré con una representación del migrante muy condenada, muy acotada a personajes estancados, sin sueños, paralizados. Películas donde las empleadas peruanas sólo dicen “sí, señora; no, señora”, y eso no calzaba con lo que veía en los karaokes, en las celebraciones religiosas, en las fiestas”.

El componente musical en Lina de Lima destaca a sobremanera, permitiéndole al espectador entrar al mundo emocional de su protagonista. Las letras fueron creadas por la directora y José Manuel Gatica, y el reconocido músico peruano Cali Flores le dio cuerpo a los ritmos peruanos. Magaly Solier, por su parte, canta en quechua y en castellano, e interpreta desde boleros, hasta cumbia, huayno y villancicos.

Según María Paz González, trabajar con Magaly Solier fue una experiencia increíble:

“Me entregó matices y miradas que son imposibles de escribir, pero que le dan una fuerza increíble al personaje. Además Magaly es madre, y cuando hace películas también debe estar lejos de sus hijos. Eso me hizo ver que ella podía entender al personaje incluso en capas que yo no podría. Me enseñó muchísimo, no solo de las películas y los personajes, sino de la vida. Ella tiene una fuerza vital alucinante, cuando estás cerca de ella pasan cosas mágicas”.

La película cuenta también con la actuación de Emilia Ossandón, que interpreta a Clara, la niña que Lina cuida en su trabajo. La producción chileno-peruano-argentina tuvo su estreno mundial en el  Festival de Torontoen la sección Discoverydedicada a las primeras películas de directores que ofrecen nuevas miradas del  cine contemporáneo. El año pasado ganó, entre otros, el Premio a Mejor Actriz para Magaly Solier en el Festival de Cine de Chile; el galardón a Mejor Película, Nuevos Directores, en el Cleveland International Film Festival, Estados Unidos, y los premios a Mejor Película Iberoamericana y Mejor Dirección Novel para María Paz González en el Festival Internacional de Cine de Valdivia, Chile.

¿Qué dicen? ¿Se animarán a ver Lina de Lima en el cine ahora que se estrene el 24 de marzo? ¡Dejen sus comentarios!

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Fundador y editor en FotografíaCalato.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica, y crítico de cine aprobado por RottenTomatoes.com. Cofundador y editor de FotografiaCalato.com y NoEsEnSerie.com. Colaborador en el libro "Video Games You Will Never Play", del colectivo Unseen64. Integra el staff de MasGamers.com, Nintendo.Pe y Fans de Zelda Perú, y los portales de cine Cinencuentro y ViveElCine.com.  Actualmente trabaja como Content Manager en RevolucionArte, empresa que publica el Programa de Mano Universal "Folk" para eventos teatrales y culturales.

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Crítica: Yana-Wara 0 1036

Yana-Wara (2023), como ya se sabe, es el último proyecto del puneño Óscar Catacora, co-dirigido junto su tío Tito. Se esperaban grandes cosas del joven Catacora luego de su prometedor debut, Wiñaypacha (2017), un crudo y difícil retrato de una cruenta vejez en el Ande peruano. Esta nueva película confirma que lo de ese primer filme no fue flor de un día; Catacora era un talento en ciernes, lo cual hace que su impensado fallecimiento en pleno rodaje duela aún más.

Yana-Wara (Luz Diana Mamani) es una niña huérfana y muda de apenas 13 años, obligada a vivir en la remota puna junto a su abuelo Don Evaristo. Tras asistir a una escuela rural, la joven es vejada por su maestro, lo cual lleva a su anciano cuidador a tomar una drástica decisión y a la justicia del pueblo a tomar cartas en el asunto.

En su momento, de Wiñaypacha se dijeron varias cosas; y si bien la mayoría estaba de acuerdo en que se trataba de uno de los mejores estrenos peruanos de la última década, completamente ajeno a consideraciones comerciales y más cercano al cine de autor, también se le acusó de tener una mirada miserabilista, o de pornomiseria, como se suele referir a películas hechas para el circuito festivalero que realzan la miseria de Latinoamérica para públicos extranjeros. La película de Catacora al final logró escapar de estos rótulos debido a su profunda humanidad; era un filme que golpeaba fuerte, que dejaba huella, pero que al menos lograba que el espectador reflexione acerca de ciertos aspectos de la vida cotidiana – al menos, en lo que se refiere a las relaciones paternales; más de uno seguramente quiso dar un abrazo a sus padres o abuelos inmediatamente después.

Este sentir tan compasivo y humano se extiende ahora a la historia de la pequeña Yana-Wara, sometida a vejamenes que no comprende y donde todos inevitablemente deciden por ella. En lo que se refiere a retratos audiovisuales del mundo andino, uno se puede acostumbrar a una imagen exótica y romántica de su estilo de vida, ritos y costumbres, realzando una faceta mística, de conexión con la naturaleza y el espíritu andino que bebe del cine y hasta de documentales televisivos o campañas de PromPerú; un retrato que a veces puede caer en lo condescendiente y paternalista. Para un público urbano y occidentalizado resulta fácil caer en este patrón e ignorar lo real, al considerarse algo lejano.

Los Catacora van en contra de esta visión y tal como en su anterior trabajo, Yana-Wara es una cruda y fuerte dosis de realidad sobre el Ande. La niña es sometida prácticamente a una tortura interminable, obedeciendo a prácticas y costumbres que pueden considerarse arcaicas y que rayan buena parte del tiempo en el abuso físico y psicológico; esto sumado a una sociedad se sabe es machista y que ya tiene visto robarle su propia voz a la niña incluso antes de que esta la pierda. Está además el sistema de justicia que ve el caso de Don Evaristo, uno donde parece primar el concepto del ojo por ojo sin mayor sutileza; en un país con un sistema judicial tan alicaido como el nuestro, esto no resulta un bálsamo.

Todo esto contrastado con la paz y serenidad de unos remotos aunque majestuosos paisajes andinos plasmados en blanco y negro; el contraste entre bucólicas vistas de la naturaleza y los sucesos a veces inhumanos que vemos en pantalla resulta chocante. Los Catacora no buscan aleccionar ni dar sermones; parecen solo estar mostrándonos sin tapujos una realidad de cierta región del país que muchos o pasan por alto o ven edulcorada, una que no ha cambiado nada en varios años; de ahí a que esta historia resulte atemporal y puede ser tanto contempóranea como ambientada hace 20, 30 años sin que se note la diferencia.

Por lo demás, Yana-Wara es una progresión natural en el cine de los realizadores puneños. Donde Wiñaypacha era contemplativa y de un estilo casi documental, esta recurre más a recursos cinematográficos, desde la narración a destiempo – buena parte del film es un flashback mientras Don Evaristo cuenta su historia a las autoridades – hasta marcados trucos de edición y momentos casi subliminales – una escena clave bien podría verse como una película de terror, con todo lo que eso conlleva. Lástima entonces que la carrera de Óscar haya quedado trunca justo cuando se estaba desarrollando. Ahora le queda a Tito tomar la posta, pero al menos nos queda como legado de este joven director dos filmes que están entre lo mejor del cine nacional reciente.

 

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Estreno: Tayta Shanti 0 1094

«Una película sobre la familia y la identidad». Esa es la descripción de Tayta Shanti, tercer largometraje del huancaíno Hans Matos Cámac luego del «western andino» Pueblo Viejo y la reciente Peso Gallo. Se trata de un reencuentro entre Ángela (Julia Thays) y su hija Angie (María Tesoro) con sus familiares en Huancayo. Con la celebración del Tayta Shanti – fiesta emblemática del Valle del Mantaro – como trasfondo, ambas confrontarán a sus raíces e identidas provinciana.

“Somos testigos de los conflictos y problemas que vive una familia en el marco de la celebración de la fiesta del Tayta Shanti. Cada vez que contaba a alguien de qué iba la película, no dejaban de hablar de lo común que es la situación en Huancayo. Los jóvenes protagonistas de esta historia, verán cuestionada su identidad al verse enfrentados a una sociedad que los confronta”, comenta el director.

El director recuerda que desde niño ha participado en fiestas tradicionales con su familia. “Las carpas de comida, los castillones, la música, los vestuarios, la algarabía; todos estos elementos están grabados en mi memoria. Cuando un foráneo me pregunta por los excesos de la fiesta, comienzo a explicarle lo que la fiesta significa para mí: una oportunidad para reunir a la familia y estar juntos a pesar de nuestras diferencias. Con esta película espero compartir esas emociones con el público”.

Completan el reparto Gianco Ponce, Melvin Quijada, Marco Miranda, Laurens Flores y Benjamín Baltazar. Grabada íntegramente en Huancayo, Tayta Shanti se estrena el 29 de febrero.

 

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