De manera similar a lo que está sucediendo en otros países, la pandemia del COVID-19 está afectando de manera inevitable a varias de las industrias locales acá en el Perú, y el cine no es una excepción. Esto quiere decir, lamentablemente, que al igual que los grandes estudios Hollywoodenses, las productoras peruanas han estado atrasando los estrenos que tenían previstos para nuestro invierno, pasándolos a fin de año. Con suerte, para setiembre ya podremos salir todos de nuestras casas e ir al cine nuevamente.
La primera película cuyo estreno fue afectado fue La cantera, de Miguel Barreda Delgado, que tenía programado su estreno para el 19 de marzo. Después de la película arequipeña, se iba a estrenar la comedia No me digas solterona 2 de Ani Alva Helfer, el 2 de abril. Ahora que la cuarentena sigue en efecto, el estreno ha sido congelado, y la gente de Big Bang Films todavía no ha confirmado una nueva fecha. Habrá que esperar. Por otro lado, la galardonada Canción sin nombre, ópera prima de Melina León, iba a estrenarse el próximo 16 de abril, pero ahora ha quedado también sin nueva fecha.
Por su parte, Tondero, la productora y distribuidora peruana más exitosa hasta el momento, ha logrado posponer todos sus estrenos y, a diferencia de las películas anteriormente mencionadas, darle nuevas fechas. Doblemente embarazada, de Eduardo Mendoza de Echave, que inicialmente se iba a estrenar el 9 de abril, probablemente ahora salga en agosto; Busco novia, de Daniel Vega (sin su hermano Diego), programada para el 7 de mayo, ahora probablemente se estrena en setiembre u octubre, e Igualita a mí, del colombiano Felipe Martínez Amador, que se iba a salir en cines el 20 de agosto, ha sido pospuesta a diciembre.
Lógicamente, los estrenos comerciales no han sido los únicos que han sido afectados; los rodajes han tenido que aplazarse también, ya que no es seguro que salgamos a trabajar a la calle (locaciones o estudios), y mucho menos en grupos grandes, como la mayoría de películas lo requiere. Mundo gordo, del comediante peruano Daniel San Román, se iba a estrenar este 2020, pero tuvo que paralizar su rodaje el pasado 15 de marzo (es posible que ahora vaya a salir el 2021). Encintados, de Gianfranco Quattrini y La banda presidencial, de Eduardo Mendoza de Echave, detuvieron su rodaje el 16 de marzo. Y finalmente, según Cinencuentro, Alemania Oriental, segunda película de Alonso Izaguirre (ganador del Concurso Nacional de Largometrajes – DAFO 2019), y Sicarios, la película de Alex Padro, también tuvieron que interrumpir su rodaje.
Como se deben haber dado cuenta, el COVID-19 ha afectado de manera muy profunda la producción y los estrenos de películas peruanas. Al igual que en el resto del mundo, nuestro futuro, tanto profesional como personal, es muy incierto; sí, hay cierta esperanza —y optimismo— de que podremos regresar a cierta normalidad para la segunda mitad de este año (razón por la que varios de los estrenos han sido aplazados para dichas fechas), pero hasta el momento, no estamos 100% seguros de eso. Además, ¿en qué estado volverán a abrir las salas de cine? ¿Qué pasará con los estrenos internacionales? ¿Querrá la gente regresar a los cines de la noche a la mañana?
Son muchas preguntas para las que no tenemos respuesta alguna. Por el momento, todo lo que nos queda es cuidarnos, quedarnos en casa, ser responsables, y esperar a que la cuarentena acabe y, con algo de suerte, que la pandemia también llegue a su fin. De lo que sí podemos estar seguros, es que el cine seguirá adelante, aunque sea en las pantallas (pequeñas, medianas o grandes) de nuestras casas. Solo queda tener paciencia y esperar.