Se viene el ‘Holanda 2do. Festival de Cine 2019’ 0 1407

La Embajada del Reino de los Países Bajos y la Filmoteca de la Pontificia Universidad Católica del Perú, han organizado el Holanda 2do. Festival de Cine 2019, conjuntamente con la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Charles Quispe e Instituto Cultural Peruano Norteamericano de Cusco, Centro Cultural Centenario de Chimbote, Universidad Continental de Huancayo, Dirección Desconcentrada de Cultura de Ancash, Universidad Nacional de la Amazonia Peruana de Iquitos, Dirección Desconcentrada de Cultura de Lambayeque, Universidad Nacional de Piura, Universidad Privada Antenor Orrego de Trujillo. En Lima con el MUCEN – Museo del Banco Central de Reserva del Perú, Universidad Continental sede Los Olivos, Museo Metropolitano de Lima de la Municipalidad de Lima, Municipalidad de Miraflores, Municipalidad de  San Juan de Lurigancho, Ventana Indiscreta de la Universidad de Lima y Vichama Teatro de Villa El Salvador.

El Festival se llevará a cabo del 24 de mayo al 30 de junio del 2019.

Veintiún películas seleccionadas que dan cuenta de la diversidad, apertura, calidad e innovación cinematográfica en el cine holandés de los últimos trece años.

Películas:

Tonio de Paula van der Oest, una de las más destacadas directoras del cine holandés. Tonio además de recibir los premios Zilveren Krulstaat a Mejor película, premio de Oro y Plata del Cine Holandés a Mejor producción y dirección fue candidata por Holanda al Óscar a Mejor película extranjera. El bio pic sobre el cantante popular más querido de Países Bajos, André Hazes, Sangre, sudor y lágrimas de Diederik Koopal, ganadora de los Premio Golden Calf a mejor actor (Fischer) y actriz (Minis). Maratón de Diederick Koopal, obtuvo el Premio del Público y la Crítica en el Festival de Utrecht. Un canto a la amistad, la solidaridad y la vida misma. El bombardeo de Ate de Jong, una emocionante historia de amor en medio de la guerra. El infierno del ’63 de Steven de Jong, un filme que retrata el espíritu de los diez mil patinadores que participaron en aquel frío y fatídico día de 1963.

El festival reúne también siete interesantes comedias:

Bon Bini Holland de Jelle de Jonge, ganadora de los premios de Oro y Plata del Cine Holandés a Mejor producción, dirección y actor. Cuenta los conflictos de un simpático estafador que por unos mafiosos se ve obligado a huir de Curazao a Holanda. Amor por sorpresa de Mike van Diem. Premio Golden Calf a mejor actriz (Verbaan) y producción. Inspirada en De Surprise, un cuento de H.J Schönfeld, resume la historia en una idea: “solo al enfrentar la muerte se vive la vida al máximo”. Cuando la felicidad era la norma de Ineke Houtman selección official en el Festival de Berlín. Narra la historia Jaap Kooiman, cuando Holanda pierde la final de la Copa del Mundo en 1974, Jaap lanza su televisor fuera de la ventana y mata al perro de su suegra. El tío Hank de Elbert van Strien, sobre un episodio en la vida de Koen, quien evita ser asaltado en la calle alegando que Hank de Koning, un famoso criminal, es su tío, la tarde siguiente el “Tío” Hank toca a su puerta. Una familia feliz de Martin Koolhoven, sobre un abuelo y nieto enamorados, el primero pone un aviso para encontrar a su nueva pareja, y al segundo lo persigue la familia de la novia. Shouf Shouf Habibi! de Albert Ter Heerdt, la historia de Ap, un joven de 20 años que tiene grandes sueños, como ser un actor de Hollywood, un ladrón de bancos o un carnicero. A las que se les puede sumar Camarero ganadora de los premios Golden Film del Cine Holandés, Golden Calf a la mejor producción y guión del Dutch Film Festival, de Alex van Warmerdam, uno de los más destacados directores del cine de humor negro.

Las comedias románticas:

Soof de Antoinette Beumer, sobre expectativas, decepciones, pasta, vino, vodka, engaños y parejas perfectas. Todo es amor de Joram Lürsen. Premio Rembrandt: Mejor actor (Acda), actriz (van Houten) y película. La comedia romántica más exitosa y de mayor concurrencia en Holanda. Un cuento sobre la vida, el amor, el perdón y el cariño.

Para niños y gente de todas las edades:

El campamento de madera de Margien Rogaar, premiada en el Festival de Niños y Gente Joven-Lucas: Mejor Director. Mientras un grupo de niños compiten por construir la estructura más alta utilizando madera de desecho, la amistad entre dos adolescentes se pone a prueba. Finn de Frans Weisz. Nominada al Oso de Cristal en el Festival de Berlín y Premios Rembrandt: a mejor película holandesa para jóvenes. Para Finn, el fútbol no es una de sus pasiones, en cambio cuando empieza a tocar su violín se produce una mágica experiencia. Profe de Barbara Bredero. Premio a mejor director en el Festival para Niños del Cairo y del Centro Internacional del Filme para la niñez y adolescencia. Una divertida película que narra las desventuras de un joven profesor en prácticas en una escuela primaria. Los de octavo no lloran de Dennis Bots. Premio del Público en el Festival de Toronto. Basada en el best-seller de Jacques Vriens. Akkie es una adolescente que le encanta el fútbol, aunque su compañero de clase Joep, considere que no es cosa de chicas.

Los documentales:

Etgar Keret: basado en una historia real de Stephane Kaas. Sobre el famoso escritor israelí Etgar Keret, quien en sus cuentos juega con la fantasía y la realidad. 4 Elementos de Jiska Rickels. Premios  Grand Prix en el Festival de Trento y Mejor documental en el Festival de Río de Janeiro. Un filme sobre los intentos del hombre por comprender, dominar y controlar los cuatro elementos esenciales: “Fuego, agua, tierra y aire”.

En el arte:

El cortometraje Rembrandt, en el año que Holanda celebra la vida y el trabajo de uno de los artistas más importante de la historia del arte, al cumplirse 350 años de su muerte. Living Vincent de Dorota Kobiela y Hugh Welchman. Nominada a mejor largometraje de animación en los Premios Oscar y Premio del Cine Europeo a Mejor largometraje de animación. Un homenaje al mundo creativo de Vincent van Gogh, por la pintora Dorota Kobiela y el cineasta Hugh Welchman.

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Fundador y editor en FotografíaCalato.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica, y crítico de cine aprobado por RottenTomatoes.com. Cofundador y editor de FotografiaCalato.com y NoEsEnSerie.com. Colaborador en el libro "Video Games You Will Never Play", del colectivo Unseen64. Integra el staff de MasGamers.com, Nintendo.Pe y Fans de Zelda Perú, y los portales de cine Cinencuentro y ViveElCine.com.  Actualmente trabaja como Content Manager en RevolucionArte, empresa que publica el Programa de Mano Universal "Folk" para eventos teatrales y culturales.

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Crítica: Yana-Wara 0 132

Yana-Wara (2023), como ya se sabe, es el último proyecto del puneño Óscar Catacora, co-dirigido junto su tío Tito. Se esperaban grandes cosas del joven Catacora luego de su prometedor debut, Wiñaypacha (2017), un crudo y difícil retrato de una cruenta vejez en el Ande peruano. Esta nueva película confirma que lo de ese primer filme no fue flor de un día; Catacora era un talento en ciernes, lo cual hace que su impensado fallecimiento en pleno rodaje duela aún más.

Yana-Wara (Luz Diana Mamani) es una niña huérfana y muda de apenas 13 años, obligada a vivir en la remota puna junto a su abuelo Don Evaristo. Tras asistir a una escuela rural, la joven es vejada por su maestro, lo cual lleva a su anciano cuidador a tomar una drástica decisión y a la justicia del pueblo a tomar cartas en el asunto.

En su momento, de Wiñaypacha se dijeron varias cosas; y si bien la mayoría estaba de acuerdo en que se trataba de uno de los mejores estrenos peruanos de la última década, completamente ajeno a consideraciones comerciales y más cercano al cine de autor, también se le acusó de tener una mirada miserabilista, o de pornomiseria, como se suele referir a películas hechas para el circuito festivalero que realzan la miseria de Latinoamérica para públicos extranjeros. La película de Catacora al final logró escapar de estos rótulos debido a su profunda humanidad; era un filme que golpeaba fuerte, que dejaba huella, pero que al menos lograba que el espectador reflexione acerca de ciertos aspectos de la vida cotidiana – al menos, en lo que se refiere a las relaciones paternales; más de uno seguramente quiso dar un abrazo a sus padres o abuelos inmediatamente después.

Este sentir tan compasivo y humano se extiende ahora a la historia de la pequeña Yana-Wara, sometida a vejamenes que no comprende y donde todos inevitablemente deciden por ella. En lo que se refiere a retratos audiovisuales del mundo andino, uno se puede acostumbrar a una imagen exótica y romántica de su estilo de vida, ritos y costumbres, realzando una faceta mística, de conexión con la naturaleza y el espíritu andino que bebe del cine y hasta de documentales televisivos o campañas de PromPerú; un retrato que a veces puede caer en lo condescendiente y paternalista. Para un público urbano y occidentalizado resulta fácil caer en este patrón e ignorar lo real, al considerarse algo lejano.

Los Catacora van en contra de esta visión y tal como en su anterior trabajo, Yana-Wara es una cruda y fuerte dosis de realidad sobre el Ande. La niña es sometida prácticamente a una tortura interminable, obedeciendo a prácticas y costumbres que pueden considerarse arcaicas y que rayan buena parte del tiempo en el abuso físico y psicológico; esto sumado a una sociedad se sabe es machista y que ya tiene visto robarle su propia voz a la niña incluso antes de que esta la pierda. Está además el sistema de justicia que ve el caso de Don Evaristo, uno donde parece primar el concepto del ojo por ojo sin mayor sutileza; en un país con un sistema judicial tan alicaido como el nuestro, esto no resulta un bálsamo.

Todo esto contrastado con la paz y serenidad de unos remotos aunque majestuosos paisajes andinos plasmados en blanco y negro; el contraste entre bucólicas vistas de la naturaleza y los sucesos a veces inhumanos que vemos en pantalla resulta chocante. Los Catacora no buscan aleccionar ni dar sermones; parecen solo estar mostrándonos sin tapujos una realidad de cierta región del país que muchos o pasan por alto o ven edulcorada, una que no ha cambiado nada en varios años; de ahí a que esta historia resulte atemporal y puede ser tanto contempóranea como ambientada hace 20, 30 años sin que se note la diferencia.

Por lo demás, Yana-Wara es una progresión natural en el cine de los realizadores puneños. Donde Wiñaypacha era contemplativa y de un estilo casi documental, esta recurre más a recursos cinematográficos, desde la narración a destiempo – buena parte del film es un flashback mientras Don Evaristo cuenta su historia a las autoridades – hasta marcados trucos de edición y momentos casi subliminales – una escena clave bien podría verse como una película de terror, con todo lo que eso conlleva. Lástima entonces que la carrera de Óscar haya quedado trunca justo cuando se estaba desarrollando. Ahora le queda a Tito tomar la posta, pero al menos nos queda como legado de este joven director dos filmes que están entre lo mejor del cine nacional reciente.

 

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Estreno: Tayta Shanti 0 494

«Una película sobre la familia y la identidad». Esa es la descripción de Tayta Shanti, tercer largometraje del huancaíno Hans Matos Cámac luego del «western andino» Pueblo Viejo y la reciente Peso Gallo. Se trata de un reencuentro entre Ángela (Julia Thays) y su hija Angie (María Tesoro) con sus familiares en Huancayo. Con la celebración del Tayta Shanti – fiesta emblemática del Valle del Mantaro – como trasfondo, ambas confrontarán a sus raíces e identidas provinciana.

“Somos testigos de los conflictos y problemas que vive una familia en el marco de la celebración de la fiesta del Tayta Shanti. Cada vez que contaba a alguien de qué iba la película, no dejaban de hablar de lo común que es la situación en Huancayo. Los jóvenes protagonistas de esta historia, verán cuestionada su identidad al verse enfrentados a una sociedad que los confronta”, comenta el director.

El director recuerda que desde niño ha participado en fiestas tradicionales con su familia. “Las carpas de comida, los castillones, la música, los vestuarios, la algarabía; todos estos elementos están grabados en mi memoria. Cuando un foráneo me pregunta por los excesos de la fiesta, comienzo a explicarle lo que la fiesta significa para mí: una oportunidad para reunir a la familia y estar juntos a pesar de nuestras diferencias. Con esta película espero compartir esas emociones con el público”.

Completan el reparto Gianco Ponce, Melvin Quijada, Marco Miranda, Laurens Flores y Benjamín Baltazar. Grabada íntegramente en Huancayo, Tayta Shanti se estrena el 29 de febrero.

 

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